22/4/10

Aroma de un recuerdo


Sicuani. El día era propicio para iniciar el ascenso al "Jururo". Imponente, misteriosa y sabia, la montaña no dejaba de sorprendernos. Aquella tarde, luego de muchas horas de dura caminata, no llegamos a la cima y sin embargo sabíamos que el camino había valido la pena. Toda la magia de la montaña se podía sentir en el aroma de una semilla. Aroma que recordaba a posada, amor y esperanza.

Matucana. El bus nos dejó en la Plaza de Armas y caminamos, dejándonos llevar por nuestros sentidos. Luego de conocer la plaza, las calles y pasear por la estación y el tren, que con el tiempo se convierten en fantasmas; llegamos al inicio del gran camino hacia la catarata de Antakallo. El paisaje multicolor era el complemento perfecto y misterioso de la lluvia de verano. Aquella tarde, el clima impidió que viéramos la catarata, pero en reemplazo pudimos volver a ver y sentir el aroma de aquella semilla que dejó una gran huella en nuestros corazones.

Semilla que no será una simple semilla
aroma que nos recuerda a posada, amor y esperanza
semilla que hoy guardo conmigo
aroma de compañía, magia y paz.