Dragón de Puno

De niña disfrutaba mirar al cielo y encontrar formas en las nubes. Era como si pudiera crear mi propio mundo y escapar por un momento de éste. Lamentablemente el cielo cada vez más gris de Lima hizo que me fuera olvidando de esto y que, como cualquier objeto viejo, lo encerrara en el baúl…

…Subimos a la lancha que nos llevaría a la isla de Uros (Titicaca), el viaje era increíble estábamos a 3800msnm navegando a través del lago más alto del mundo, dejando que “todo fluya”, disfrutando del aroma y transparencia del lago, de las totoras flotando sobre él. Todo ya era perfecto pero, para darle un plus a la ocasión, el cielo se despejó y con las nubes nos dibujó un dragón... como para disfrutar de nuevo aquellas pequeñas cosas que me hacían feliz.

…El “Dragón de Puno” se convirtió en amuleto y guardián de aquel viaje que nos llevó, sin pensarlo, hasta Bolivia.