25/11/08

Camino a Copacabana...

No recuerdo en qué momento se nos ocurrió la idea de llegar a Bolivia. Lo único que recuerdo era que estábamos en el bus disfrutando del camino hacia Yunguyo, de donde tomaríamos un auto que nos llevaría a la frontera. El camino hacia Yunguyo era increíble; el cielo, el paisaje y el Titicaca, que nos acompañó buena parte del viaje, hacían que esta aventura valiera la pena.

Al llegar a Yunguyo, aproximadamente a las 7pm, nos dimos con la sorpresa de que ya no salía ningún carro hacia la frontera, porque ésta ya estaba cerrada… Caminamos un rato por el pueblo intentando pensar qué hacer o buscando algún lugar donde pasarla bien. Pero todo, absolutamente todo, era silencio!!!




No habíamos viajado tanto para nada, pensamos, así que corrimos en busca de los últimos autos que transitaban para convencerlos de que nos llevaran a la frontera. Después de tanto intento, al fin alguien se animó a llevarnos, una vez allá tendríamos que tomar un auto hacia Copacabana-Bolivia y listo!!!

Pero todo no fue tan sencillo como lo pensamos; al llegar, sólo vimos dos personas cuidando la frontera y una tienda abierta del lado Boliviano. Preguntamos si aún podíamos cruzarla y nos respondieron que no había ningún problema, pero que tendríamos que esperar que llegara algún auto que nos llevara hacia Copacabana... esperar no nos pareció ningún problema así que nos sentamos cerca de la tienda, que era lo único que tenía luz en ese lugar, a esperar que llegara el auto…


De pronto, vimos acercarse dos sombras gigantes, eran unos policías bolivianos que de muy mala manera nos pedían nuestros documentos… Tratamos de tranquilizarnos para poder pensar mejor las cosas. Si bien, sabíamos que los peruanos podrían cruzar la frontera sólo con el DNI teníamos un problema con una amiga alemana... por lo tanto habría que regresarnos a Yunguyo.

Intentamos explicarles que sólo nos quedaríamos esa noche porque teníamos que regresar a Cusco, que éramos voluntarias... al parecer no entendían razones…

Al poco rato, mientras caminábamos de regreso al lado peruano, llegó un auto con destino a Copacabana. Los policías nos miraron y nos dijeron que ese era el último auto, que lo íbamos a perder; pero que al día siguiente tendríamos que estar a primera hora cruzando la frontera de regreso.

Prometiendo nuestro regreso a primera hora nos embarcamos rumbo a Copacabana…

A la mañana siguiente ya cruzábamos la frontera de regreso a Yunguyo, Puno y finalmente Sicuani.

0 comentarios: